jueves, 23 de julio de 2009

De la pequeña Historia que se llevó mi Cuento

De la pequeña Historia que se llevó mi Cuento


Mientras pensaba en mi cuento, sufrí el asalto de una loca historia que se atrevió a llegar toda incompleta portando en sus manitos cada pieza, cual rompecabezas, queriendo obligarme –es un atraco- a tomarla, entregarme y encima acudir en su ayuda; pues me dijo que como en un cuento, su vida había nacido rota, en partes parida y que hoy, al escuchar mis pensamientos había acudido desde algún lugar entre la tierra y el cielo directo a mí, como un Genio a su Aladino, con las ganas de otorgarme toda gracia que yo quisiera, a cambio de su reconstrucción y renacimiento como una historia completa y bella.

Pues heme aquí, aun con la piel erizada del susto, aun asimilando sus gritos con los que se acercó, que más bien eran graznidos. Intentando zafarme de sus tentáculos y, muy de a poco rindiéndome a su pasivo dominio e intentando organizar aquel puzle de mil pedacitos mal fragmentados de los que estaba compuesta y que al azar ponía a mi alcance y disposición, provocando en mí el efecto de comenzar al galope, sin riendas al viento y en ello apretando los dientes, para darle sentido a un tobogán de ideas que de la nada comienzan a brotar ya sin miedos y sin la tensión primera, sino abocadas a ella como si fuese mi historia y mi idea construirla. El cuento..hubo de esperar a un costado, pero reía, pues siquiera él había llegado con tal premura.

Así pues, me encuentro concentrado en mi nueva y pequeña amiga, que como un Hada, fugaz apareció rogando convertirse en una Historia y que, aunque hecha añicos, me tiene desde aquel momento feliz trabajando en su vida.

Ella, toda tierna, en los tiempos de descanso me regala variedad de mimos y se esmera porque no me falte material alguno. Se sienta a mi lado, me lee, corrige y a ratos la encuentro vanidosa ruborizada sonriendo al percatarse de algún piropo que mis manos han dejado escrito como parte de Ella misma.

Pasaron un par de horas, creo -algo perdido en el tiempo me encontraba- y una vez bosquejado el borrador, la toqué al hombro cuidadosamente para despertarla de su letargo, al que rendida tanto por el viaje, como por las horas transcurridas, se había dejado caer en los brazos de Morpheo. Asombrada me miró y de reojo, vi a mi amigo Cuento mirándola anonadado y guiñándome un ojo, como solicitando para él igual prestancia.
¡Muchas gracias, es tal como y yo quería ser! –gritaba alegre y desordenaba hojas sueltas, borradores y lápices desparramados en el cuarto. Volaron hasta las palomas que tras la ventana se habían quedado espiando.

Querida mía –le dije. No sabes lo preciada que para mí ha sido tu visita, revísate un momento a solas, que, si te gustas, ya estarás convertida en mi nueva amiga, ahora toda una Historia.

Adiós, Cris –me decía. Y yo ya no soportaba tanta emoción en mi pecho.

Contenta, con lágrimas en sus ojitos cristalinos se marchó volando y a saltos, orgullosa, diría casi engreída, dejándose ver por todos y cada uno de los transeúntes.

La miré por la ventana hasta perderla de vista. ¡Te ves bellísssima! –oí le gritaban a coro un par de Poesías.

Al rato, tras descansar y dejar que la emoción de este día, me permitiera a mi buen amigo Cuento retomar, me di cuenta de una pequeña nota dejada con su puño y letra:

“Disculpa Cris, temo que tuve que marcharme y muy a prisa. Hiciste de aquella pequeña Historia mi vida y no soportaría quedarme a esperar por mí, mientras ella se me va feliz. La seguiré, pero ya tendrás noticias nuestras, que con ella espero combinar nuestras letras y un feliz final”.




::: Cristtoff WOLFtown :::